Paso 2

Hablamos del amor de Dios: pero muchas veces nos asombra ver que, aunque Dios nos ama tanto el mundo esté lleno de enemistades, pobreza, guerras, injusticias, competencia, tristeza, angustias, miedos, envidias. Parecen que los hombres no estám satisfechos con el amor de Dios y quieren tener muchas cosas; y como no la tienen, y siempre quieren más, se angustian, o se llenan de miedos. o de tristeza. Otros, para conseguir lo que quieren- poder, placer, dinero- usan a otros, quieren dominar y manejar . Otros optan pos vivir para ellos mismos, no preocupandose por nada ni nadie más . Esos sucede cuando los seres humanos no dejamos que el amor  de Dios penetre en nuestro corazón, a ese rechazó se llama "pecado".
El pecado, en pocas palabras es "cuando conscientemente hacemos lo que no agrada a Dios". A Dios le desagradan los odios, las envídias, la mentira, la sensualidad exagerada, el egoísmo, la indifirencia, etc.. Y él no nos pide por simple antojo que evidemos todo esto sino porque conoce el daño que nos produce y la infelicidad que a la corta o larga tambien nos hace sentir estas situaciones.,
El que nos hizo, nuestro creador sabe como nadie lo mejor par mi, lo que me hace bien y lo que me hace mal. Pero yo, a veces, creo ser más que Dios y hago la mia  sin importarme lo que el piensa , si es de su agrado mi proceder... Yo pretendo decidio que es lo bueno y que es la malo.  A est´lo llamamos "saberbía"  Este fue el pecado de nuestro primeros padres  , Adán y Eva, que quisieron saberlo todo... ser Dios... No aceptaron seguir confiando en Él , decidieron vivir la vida por su propia cuenta... Y nosotros seguimos muchas veces en esa...
A veces sucede que creemos estar en lo justo, es decir en la luz... Pero nos falta amor. escuchemos que nos dice la Biblia:
Cuando le cerramos el corazón a un necesitado, es porque no hemos dejado entrar el amor de Dios en el mismo, porque aun no descubrirmos de verdad el amor de Cristo.

Nadie puede decir que nunca tiene pecado. Todos pecamos, ya nos lo dice San Pablo.
Cuantas veces nos escandalizamos por los pecados ajenos... Nos decimos yo no mate a nadie... Pero cuantas veces desearíamos que alguna persona desaparesca y deje de molestarnos... Cada vex que yo rechazo a alguien o simplemente no llevo el apunte, es como si lo matara, como si lo sacara del mundo, ¿ y eso no es una forma de matar?
El rey David se había enamorado de una mujer casada. Y nunca se propuso matar al marido para quedarse con ella, pero cuando hubo una batalla, lo mandó a las primeras filas; así consiguio hacerlo desaparecer ... Tiempo despues el profeta se le hacercó y le contó una historia de un pabre pastor que tenia y cuidaba con suno esmero una pequeña oveja, y otro pastor  rico que contaba con un gran revaño, un diía este último recinio invitados y en lugar de matar una oveja de las suyas mató la ovejita de aquel pobre hombre. Cuando el rey David terminó de escuchar está historia indignado dijó: "Ese hombre rico tiene que pagar por lo que hizo, merece la muerte". Y el profeta le contestó: "Tu eres ese hombre".
Cada vez que hacemos daño a otro, nos creemos más que los demás, que perdemos la paciencia, cada ves que pudiendo ayudar al otro no lo hacemos, cuando no alegralos del mal ajeno, o envidiamos, cada vez que no nos importa  ver que el otro sufre, somos como  ese rey, pecadores... Cuantas veces nos hemos encerrado en nosotros mismos y no hemos dado un lugar al amor de Dios en nuestra vida, en nuestra familia,en nuestro entorno cotidiano, trabajo, escuela , sociedad... eso mismo hacemos cuando nos dejamos llevar por la bronca, la tristeza, los miedos, las angustias, porque no sabemos abris el corazón , depositar toda nuestra confianza en el amor infinito del Padre, una amor que solo puede hacernos bien.
Por  eso no actuemos como actuaban algunos judíos del Antiguo Testamento; "....los que dicen en su corazón:"El Señor no hace no bien , ni mal"..."(Sofonías 1, 12)   . "Ellos renegaron del Señor diciendo: "¡El Señor mo cuanta!¡No nos pasará nada malo...."" (Jeremías 5, 12)   Y tambien puede dirigirme a mí hoy el triste reproche: " Tero tú no me has invocado,........., porque te consaste de mi ...."  (Isaías 43, 22) . Porque también yo alguna vez me cansé de Dios, cuantas veces,  me dije: ¿qué me importa  Juan? ... ¿Que me importa Maria? ¿Este no me interesa...? Y en ellos le estoy diciendo en mi interior "¿Qué me importa Dios?"
Eso es el pecado.
Dentro de cada uno hay una riqueza escondida que el pecado no deja florecer, porque impíde que penetre la gracia de Dios y su amor . Es como la tierra cuando hay sequía, no llueve y no produce, todo se seca, y muere..
Tenemos dos caminos. Un o es pensar menos en nosotros mismos y pensar más en Dios y en los demás hacer el bien, perdonar, atender a los otros, querer la felicidad de todos,
El otro camino es encerrarnos en nosotros mismos, vivir para el placer, la comodidad, el egoísmo o para poseer, dominar, ser bien visto. Este camino nos va quiza a hacer sentir bien por un tiempo, pero nos carcome el corazón y nos hace cada vez más insatisfechos , tristes amargados , inconformes..
Pero el amor de Dios siempre nos está buscando para sacrnos del camino de la muerte y hacernos pasar por el camino de la Luz y de la Vida. Él quiere arrancarnos del pecado.