- Vida -

El dificil arte de la convivencia humana

Trabajándose para estar bien consigo mismo y con los demás
Encontrar, en cada persona,
los caracteres que la
diferencian de los demás,
es conocerla  (Hermann Hesse

Cuento

Cuentan que, en una carpintería, hubo, una vez, una extraña asamblea
Fue una reunión de herramientas para arreglar sus dife­rencias.
El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? "¡Hacía de­masiado ruido! Y, además, se pasaba todo el tiempo gol­peando".El martillo aceptó su responsabilidad, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que "había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo".
Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero, a su vez, pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que "era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los de­más".
La lija estuvo de acuerdo, con la condición de que fuera expulsado el metro, que siempre "se la pasaba midiendo a los demás, según su medida, como si fuera el único per­fecto".
En esto, entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lin­do juego de ajedrez.
Cuando la carpintería quedó de nuevo sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la pa­labra el serrucho y dijo:
-Señores, ha quedado demostrado que tenemos defec­tos, que nada fácil nos resulta saber vincularnos, pero el carpintero ha trabajado con esmero, flexibilidad y apertu­ra nuestras cualidades sacando lo mejor de nosotros. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos, con prudencia y humildad, en la utilidad de nuestros puntos buenos.
La asamblea concluyó en que el martillo era fuerte y respetable, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era espe­cial para afinar y limar asperezas, y observaron que el metro era preciso y exacto.
Comprendieron, así, el valor de cada uno, en la intimidad, se sintieron respetables y, como equipo, capaz de producir y hacer, con responsabilidad, cosas de calidad par el bien de otros. Aprendieron también a valorar al carpirtero y a sentirse orgullosos de las habilidades y fortaleza de cada uno, como también de trabajar juntos
Psicoeducación

Aprender el difícil arte de la convivencia.
El desafío de vivir con otros pone en evidencia la significativa importancia humanizadora que el rol social encierra en el desarrollo del ser humano.
Diariamente vivimos en interdependencia con otros, ; que pueden compartir criterios semejantes o diferentes, con patrones culturales parecidos o distintos de los nuestros.
El respeto de la unidad en la diversidad se ha transformado en un paradigma propio de esta época intercultural.
En esta compleja trama social, aprendemos de todos, en una maravillosa conjunción de enseñanza y aprendizaje, desde que nacemos hasta que morimos.
Concentrándonos con humildad en lo valioso de cada uno y en el encuentro con otros.
El artesano, en el relato, muestra que el difícil arte de la convivencia en el taller es posible lograrlo. Igual que, en la carpintería, cada uno de nosotros, laboriosamente, debe trabajar e integrarse en el equipo para:
   Descubrir las cualidades personales y de los otros.
   Desapegarse y sanar emociones insanas y egoísmos perturbadores.
   Con prudencia, flexibilidad y apertura mental.
   Desarrollando capacidades intelectuales múltiples.
   Comprendiendo y poniéndonos en el lugar de los otros.
   Respetando las cualidades de cada uno.
   Con responsabilidad, fortaleza y perseverancia dar lo mejor de sí.
Buscando cumplir con los objetivos
 • Transformar la tosca madera inicial en un lindo juego de ajedrez.
Si observamos a los grupos humanos, en la vida labor y social, podemos ver que el eje que causa mayores problemas es cómo nos relacionamos con el otro.
Como en el cuento, ocurre lo mismo con los seres humanos. Por ello, es tan necesaria una táctica fundada e una estrategia psicosociológica convivencial.

Aprendemos en nuestros vínculos

En nuestras familias y en las instituciones, en el trabajo con amigos, vamos recorriendo un aprendizaje emociona formas de relacionarnos, de pensar, de actuar, etcétera. Por ello, es sumamente importante, para vivir con alegría plenitud, trascender lo más arraigado que tenemos, que es nuestro propio "ego". Reconocernos con cualidades y potencias diferentes, sin perder de vista la igualdad entre hermanos.
 

Descubriendo al otro con amabilidad y respeto































Cuando en un grupo, las personas buscan defectos en los demás, la situación se vuelve tensa y negativa.
En cambio, cuando tratamos de ver lo positivo, con sin­ceridad, e intensificar las fortalezas de cada uno, integrán­dolas en el trabajo comunitario, florecen los mejores lo­gros humanos.
Soltando el miedo y el control
Aprendiendo a "debatir ideas y no a combatir perso­nas", es como aprendemos a descubrir al otro; soltando el miedo y el control que se sustentan en él, confiando en las capacidades del otro.
Claro que esto requiere un esfuerzo, que luego se tra­duce en una mayor productividad personal y grupal.
Con prudencia, flexibilidad y apertura mental
Hoy más que nunca, necesitamos prudencia, la primeras de las virtudes, plasticidad y flexibilidad en el pensamiento y apertura mental en la respuesta.
Todo esto exige poner a trabajar los "músculos"... los del cerebro... las
emociones, la mente, la voluntad... templar el carácter... modificarnos.
Es posible desarrollar capacidades diferentes
 Gadner asignó el término inteligencias múltiples a las tintas capacidades que podemos
desarrollar los seres humanos y que nos abrirán el camino hacia una vida plena al
servicio personal, de los otros y de la comunidad.
Este desarrollo involucra contenidos que sólo una mente y una mentalidad comprometidas con el trabajo creativo  puede alcanzar.
Con amabilidad y respeto
Si somos amables y respetuosos con los otros, provoca­mos lo mismo en ellos. Cada uno vale por su condición de persona y por sus aptitudes múltiples, sobre todo cuando están al servicio de los demás, en armonía y evolución per­manente.
 
Evolucionamos juntos
Es fácil encontrar defectos, cualquiera puede hacerlo, pero apreciar cualidades, eso es para espíritus superiores que son capaces de inspirar todos los éxitos humanos.
La labor del artesano, en la carpintería, nos ilumina y anima al reconocimiento positivo de las fortalezas de cada uno y al valor del trabajo en conjunto.
Si nos sentimos hijos del mismo Padre, el Artesano, nos descubrimos como hermanos, podremos trabajar juntos y aumentar nuestra creatividad.
Decálogo de la relación con los otros
1-               Reconocer la necesidad que nos une.
2-               Reconocer la igualdad en dignidad.
3-               Reconocer y respetar los tiempos de los otros.
4-               Reconocer las diferentes capacidades.
5-               Reconocer el diálogo como esencia de lo humano.
6-               Pasar del "yo" al "nosotros" en la tarea grupal.
7-               Calificar lo positivo del otro, en público.
8-               La corrección, siempre en privado.
9- Integrarnos en la tarea a través de la cooperación.
10- Tener conductas flexibles y alternativas

Para tener en cuenta
Aprender a consensuar flexiblemente con otros, aun con criterios y puntos de vista distintos, nos permite integrar­nos socialmente y trabajar en equipo efectivamente.

Síntesis
El hombre crece, se desarrolla, madura y muere rodea­do de otras personas. Quien más vínculos maduros y sa­nos mantiene, más rico es; y es acompañado, a lo largo de su vida, tanto en la felicidad como en la adversidad.
E1 secreto del difícil arte de la convivencia radica en respetar, con prudencia, flexibilidad, apertura mental y comprensión amable, la realidad que nos toca vivir a cada uno, junto a otros. Por ello, es tan importante esforzarse por estar bien consigo mismo y con los que nos rodean.
Para reflexionar
  La relación con el otro me define.
Soy de acuerdo con la manera en que manejo, conjunta conjuntamente con el otro, la relación.
  Hacemos la relación y en ella nos hacemos. Somos producto o consecuencia del entre-nosotros (Martin Buber).


Trabajo personal

  Cuando me relaciono: ¿Cómo me relaciono?

|  1- A la hora de trabajar con otros: ¿coopero (opero con otros)? o ¿estoy en contra de (competencia)?

2-      ¿Considero que lo diferente enriquece?

3-  ¿Tomo lo diferente como "diversidad" o como "lo opuesto"?

4-      ¿Estoy dispuesto a un diálogo para ampliar la mira­da?

5- ¿Planteo mis diferencias o me callo por temor?


EJE 1:

“Aprendiendo a convivir”

Aprendiendo a estar solos -  Sin perder de vista al otro –

Vemos un pequeño relato para  ambientarnos en el tema:
 Estudios sociológicos han observado que en los últimos años, ha aumentado notablemente el porcentaje de las personas que vive4n solas. En España, el 35º/º de la población de  25 a40 años vive sola, en los EE.UU. el 26º/º  de los norteamericanos se califica de solitarios crónicos, y la cifra aumenta constantemente en nuestro país. Una socióloga argentina, Susana Torrado nos explica que en 1995 vivían solas en nuestro país aproximadamente 1millon 300 mil personas este numero va creciendo en grande proporciones, la proyección es que en el 2025 serán casi 3 millones 200 mil…
















Pero a la vez observamos que pareciera que se  trata de huir de la soledad
Estrategias: música a todo volumen, anestesia con alcohol, drogas, sexualidad, comida. Vemos también los grupos de “solos y solas”, sumergirse en la computadora, con juegos y chateos eludiendo y destruyendo los momentos donde se agudiza la soledad, como el atardecer y la noche.
Es huir de la soledad, es no soportarla 
La soledad parece una peste – por eso el “Teléfono de la Esperanza” recibe miles de llamadas anuales  - de este número un 70º/º son mujeres ¿Será que los varones padecen menos la soledad, o será que son más reservados que las mujeres?   
 Provoca sufrimiento
Esto no hace reflexionar sobre la diferencia entre el “aislamiento” o la “solitariedad” y sus consecuencias psicológicas que esto provoca, y la “auténtica soledad”, que nos remite a un encuentro profundo con uno mismo.
La solitariedad o aislamiento  es una consecuencia podemos decir ajena a nuestra voluntad (actitudes actividades que nos alejan de nuestros seres queridos, muertes.  Pueden tener su raíz en nuestra personalidad, tímida, insegura, baja autoestima…) Y esta situación provoca sufrimiento, desesperación, enfermedad, y vuelve demasiado agria a la persona.
Y entonces empieza la carrera del escape… escapar de esa realidad de lo mas intimo de nosotros mismos.
Pero la soledad auténtica,  bien entendida es indispensable para salir de la trivialidad cotidiana, para captarnos como personas únicas e irrepetibles.
Esa soledad que nos prepara para el verdadero encuentro con el otro.
La soledad es donde captamos concientemente nuestro yo y el verdadero sentido de nuestra existencia
Aprender a estar solo y bien consigo mismo es la base del aprendizaje convivencias.

Sintesis

Una vida intima y plena contempla estas dos necesidades esenciales del hombre: espacio de autentica soledad  y encuentro con uno mismo, y vínculos sanos con otros.

 Trabajo personal

Reflexionar y revisar sus propias “solitariedades”
 y sus auténticas “soledades”


                             Aprendiendo a estar en familia
Sin perder de vista a cada uno de sus miembros
Las funciones fundamentales de una familia
son educar, brindar contención y poner límites.
A través del amor, el respeto por el otro
y la comunicación verdadera y fluida.

Relato
En un taller de reflexión, surgió el tema de las diferen­tes formas de familia actuales.
Ellos dicen:
-Antes la familia era papá, mamá e hijos, hoy ya no es así... todo está muy desvirtuado.
-Mi hija se separó y se volvió a casar... ahora son los tuyos, los míos y los nuestros... eso antes no era posible... sólo si alguno quedaba viudo, se volvía a casar...
-En mi casa, sólo se escucha hola y chau, ¿cómo es­tás?... Bien, bien... Y eso es todo... no me siento bien... hay demasiadas peleas entre mis padres...
Mi hijo se separo y ahora vive solo… recibe a sus hijos los días que le tocan... ¿te parece que eso es una familia?

Psicoeducación

Breve psicosociología de la familia

La familia debe ser fortalecida por todos los actores so­ciales, pues es garantía de fidelidad a conceptos esenciales que acompañan al hombre desde el principio de la crea­ción hasta el fin de los tiempos.
La familia, institución básica de la estructura social, es generadora de vínculos perdurables que permiten la cons­trucción de valores trascendentes.
Es la familia maestra y orientadora de la vida emocio­nal, de solidez y estabilidad de los sentimientos, y permite crear nuestra identidad personal.
Tal vez, por eso, Enrique Pichón Riviére supo afirmar de ella: La familia es una estructura intermedia entre el individuo y la sociedad. Es la unidad básica de interacción, el instrumento socializador, en cuyo ámbito el individuo adquiere su identidad.
 


















Toda familia cumple funciones fundamentales

La familia es proveedora de:

    Necesidades materiales, techo seguro, alimentación, salud, educación, contención y diversión.
    Espacio donde se cultivan el cariño, las emociones, los sentimientos, apegos, motivaciones y el buen hu­mor, siendo el banco de pruebas de las primeras con­
ductas y en donde se aprenden los primeros limites.
    Lugar en el cual se desarrollan y se integran las inteli­gencias necesarias para enfrentar el mundo y sus cir­cunstancias.
    Pertenencia, comunicación, confort y aceptación, con­tribuyendo a forjar identidad personal, autonomía, autoestima, capacitando a sus miembros para enca­rar exitosamente los cambios y crisis.
    Un ámbito seguro para el desarrollo de relaciones hu­manas justas, íntimas y saludables. Así como para ex­perimentar la bendición de la ayuda mutua.
    Respuesta amorosa con adherencia a los valores fun­damentales de la humanidad y los propios de su cul­tura. Respeto al otro con responsabilidad civil y co­munitaria.
    Los valores espirituales que ligarán y religarán a sus miembros con sus tradiciones.

Las familias funcionales

Miguel Enrique Espeche, autor del libro Penas de amor, casos reales \¡ actitudes ante el dolor emocional, sostiene:
"La familia funcional es, justamente, la que logra una dinámica de crecimiento y sostén, de acuerdo con sus po­sibilidades, para que sus miembros crezcan biológica, psí­quica y espiritualmente sanos.
Para ello, deben existir vínculos de autoridad, fuerte interacción afectiva, deseo de crianza de los hijos con un mínimo de respeto y responsabilidad, y una actitud soli­daria entre sus miembros.
La funcionalidad no se da a partir de modelos rígidos o meramente sostenidos en la tradición, ya que, muchas ve­ces, las funciones se cumplen a pesar de no estar la familia encuadrada dentro de los cánones de la familia modelo tí­pica: padre-madre-hijos, viviendo juntos.
Esto amplía la mirada sobre las familias existentes y la manera de evaluar su funcionalidad".

Las familias disfuncionales

Por su parte, el psicólogo social mexicano, Víctor Ramírez Mota, autor de Tú y yo en libertad, señala:
"En una familia disfuncional, los miembros no cumplen con sus responsabilidades personales, la comunicación no fluye, no se proporciona afecto y suele no haber el míni­mo respeto entre ellos. Todo se vuelve un volcán en erup­ción constante o un frío congelante que a todos deja para­lizados".

Actualmente hay distintos modelos de familia

En estos últimos veinte años, la organización de la fami­lia ha cambiado.
Actualmente, existen distintas formas que podríamos diferenciarlas de esta manera:
-Tradicionales: padre-madre-hijos, viviendo juntos.
-Unipersonales o monoparentales: mamá sola o papá solo, con hijos.
-Reconstituidas: surgidas de segundos o terceros ma­trimonios, que ya tenían hijos.
Hoy, también se habla de familia en la cual no existe relación de consanguinidad.
Algunos autores se refieren al grupo conviviente.

Lo común en todas es el conflicto

Las familias al estilo de la "familia cinematográfica Ingalls", donde todos permanecen unidos por el resto de la vida a través de un enorme cordón umbilical, no for­man parte de la realidad.
En lo que se refiere a la convivencia7; toda familia ten­drá sus conflictos.
Lo importante es cómo aborda ese grupo familiar los conflictos que se presentan.
Si es capaz de encontrar soluciones sanas, esa familia es funcional.

La crisis y los cambios en la familia promueven habilidades y destrezas

El contexto en que vivimos hoy, tan convulsionado con cambios frecuentes, resulta todo un desafío para 1as relaciones familiares.
Un verdadero banco de prueba para el ejercicio pleno de las capacidades, defensa y desarrollo de estrategias que entrenarán en habilidades y destrezas, a fin de que sus miembros se fortalezcan y adquieran resiliencia.
Los vínculos demandan una conformación más sólida
Una muerte, la pérdida de salud o trabajo, pueden producir una crisis.
Pero si la familia, la pareja, está bien fortalecida, si se construye un vínculo maduro y flexible, puede transitarse el duelo de una manera sana.
Así, todos pueden acompañarse en las crisis.

Por ello, se necesita flexibilidad

Uno de los problemas más frecuentes que se observa, en los últimos años, ha sido el desempleo por parte del hombre de la casa.
Esto le ha generado mucha angustia y desvalorización, ante la pérdida del rol de proveedor de su hogar.
Si la pareja desarrolla una plasticidad adaptativa, como respuesta a este problema, pueden generarse lazos solida­rios dentro de la familia.
¿Acaso un padre no puede realizar las tareas domésti­cas?

Hay síntomas de desorden

Los problemas de aprendizaje, la falta de atención, las adicciones, los trastornos de la alimentación, suelen ser manifestaciones de un desorden en la familia.
Generalmente, uno de los integrantes de la familia es el que denuncia este desorden.
¿Cómo? A través de su conducta.
Por ello, en una familia, no hay un culpable. Todos los integrantes están implicados

Cuando la comunicación está ausente:

Hay familias donde se comparte la misma mesa, ven televisión en grupo y hasta salen los fines de semana; pero la conexión íntima y afectiva es muy escasa.
Se frecuentan lugares comunes; pero muy poco se sabe del otro, más allá de lo aparente.
Si vivimos juntos, es bueno que nos conozcamos en profundidad.
Para lo cual, será necesario encontrarse a conversar, de vez en cuando.
Necesitamos encontrarnos y festejar la convivencia de esta pequeña comunidad amorosa, orientada hacia el bien común.
Vecino del alma, compañero de historia, habitante de mi mundo personal, tan cercano y a veces tan extraño.
















Trabajar los conflictos

Para mantener la salud mental, es necesario trabajar los conflictos que emergen.
Detectarlos, desocultarlos, comprenderlos, enfrentarlos e intentar resolverlos "con el otro".
Ya que un vínculo se hace de a dos.
Por lo tanto, si se pretende lograr un vínculo más ma­duro y sano, es necesario que exista una disposición de ambos.
 
Comenzando con los padres
El sistema familiar empieza con los padres.
Una familia no se conforma sólo con la celebración del casamiento o con la llegada de un hijo, sino que, también, se construye a diario, con la energía que nos proporciona el deseo profundo de hacer de ella un espacio de humani­zación.
La clave reside en recrear la confianza de los vínculos y potenciar los deseos de fortalecerlos, partiendo de la pareja.
¿Cómo?
A través de la comunicación:
-¿qué me pasa a mí?,
-¿qué te pasa a ti?,
-¿qué sientes?,
-¿para qué estamos juntos?,
-¿cómo quiero o necesito vivir hoy y aquí?,
-¿qué nos proponemos cambiar, transformar, para lo­grar una convivencia más armoniosa?

En una tarea conjunta

Es una tarea conjunta que requiere aprendizaje, modi­ficación de conductas que ya no nos sirven porque no apun­tan al fin común por el cual estamos juntos.
"Enfocar hacia un fin común" es esencial para una con­vivencia armoniosa.
En cualquier vínculo, cuando se dedica un espacio a esta tarea, existe la posibilidad cierta, y la esperanza, de resol­ver los conflictos.
Ya sea para convivir mejor o para desvincularse con res­peto, trato cordial y aprendizaje emocional.

Modifica todo el sistema

El nexo entre los miembros de una familia es tan estre­cho, que la modificación de uno de sus integrantes, pro­voca alteraciones en los otros, y en consecuencia, en toda la familia.
Cuando hay voluntad, es posible recuperar un orden familiar sano y amoroso.
A veces, requiere ayuda de profesionales adecuados.
Entonces, habrá que planificar la forma más conveniente de trabajo, según la necesidad de cada caso particular.

Las familias reconstituidas tienen sus propias características

-El marido de la mamá no es el papá, y la mujer del papá no es la mamá.
-Los conflictos surgen porque no es lo mismo que pon­ga un límite el papá biológico o que lo ponga el marido de la mamá.
-La hija adolescente tiene celos de la nueva mujer del papá.
-Los adultos compiten por el amor de los chicos con los padres biológicos.
Cuando esto sucede, lo más sano es poder explicitarlo, como primera instancia.
Luego, trabajar para resolver lo que emerge. Negar, re­primir u ocultar sabemos que es insano para todos.
-La flexibilidad, creatividad y tolerancia hacen de la fa­milia un lugar rico de intercambio y experimentación de nuevas formar de relacionarse, y el ejercicio de roles me­nos rígidos.
-El entender que las relaciones no son eternas ni ideales les genera una actitud más tolerante hacia la vida.
Síntesis

Más allá de la forma que adopte una familia, ésta es fun­cional cuando:
Es capaz de brindar cuidado y protección a sus miem­bros, favoreciendo su crecimiento como personas.
La madre y el padre de la familia que permanece unida se hallan en sintonía con todo el grupo y con cada uno de ellos en especial. Los hijos reciben de sus mayores el mo­delo que será caldo de cultivo para la creación de sus res­pectivas familias futuras.


TRABAJO PERSONAL


Reflexiona acerca de tu familia:
  • ¿Dentro de qué modelo actual la ubicas?
  • ¿Consideras que es una familia que provee de se­guridad y sostén a sus miembros?
  • ¿Promueve el crecimiento a los individuos que la componen?
  • ¿Cómo evalúas la comunicación entre sus miem­bros?
  • ¿Cómo se enfrentan los conflictos?
  • ¿Cómo se aborda su resolución?
  • ¿Sientes pertenencia a tu grupo familiar?
  • ¿Se impulsa allí la autonomía de los integrantes, o se genera dependencia?
  • ¿Cómo evalúas la cooperación entre los miembros?
  • ¿Qué lugar ocupa el hombre de la familia?
  • ¿Es respetado el varón?
  • ¿Qué lugar ocupa la mujer en la familia?
  • ¿Es respetada?
  • ¿Qué lugar ocupan los hijos?
  • ¿Los hijos honran a sus padres?
  • ¿Existe respeto, tolerancia y ayuda mutua entre los hermanos?
Aprendiendo a convivir con otros
Trascendiendo nuestras diferencias
Todos somos amados
de modo idéntico por Dios.
todos somos iguales frente a él.

Relato
Valeria tiene 48 años, es casada, con tres hijos.
Ha comenzado un camino de conocimiento de sí mis­ma, y está investigando su árbol genealógico. Así, ha des­cubierto que la familia de su madre gozaba de una buena posición económica, mientras que la de su padre no.
Ella advierte que ha crecido en una familia donde, para su madre, estaba muy bien hacer ciertos gastos, y que, para su padre, eso era derrochar el dinero. Esta situación gene­raba grandes conflictos entre ellos.
Ella dice:
-Hoy que puedo ver esta dinámica en mi familia, me doy cuenta de que, para agradar a mi padre y sentirme amada por él, yo trataba de ahorrar, y, por otro lado, con mi madre, actuaba de un modo muy diferente... también, para ser querida por ella, intentaba hacer lo que para ella estaba bien... Viví confundida... y de allí que tengo tantos problemas para relacionarme con el dinero... hoy lo com­prendo...
Psicoeducación
Así como las ideas y creencias sobre el dinero eran muy diferentes entre los padres de Valeria, y esto generaba con­flictos entre ellos; de la misma manera, en otra escala, las diferencias culturales nos separan de otras personas, pue­blos y naciones.
Recibimos la vida
Nuestra vida nos llega a través de nuestros padres. Con esta vida y por medio de ellos también, recibimos una fa­milia, una cultura, un idioma, un país, una religión.
De la misma forma, en otro lugar, cultura, familia, etc., nacen y se desarrollan otras personas con creencias dife­rentes, quizá, de las nuestras.
Y fuimos creciendo
Así vamos creciendo, y nuestra conciencia se va desa­rrollando. Cuando estamos de acuerdo con lo recibido, sentimos que conformamos un vínculo de pertenencia a todo eso, base de la felicidad.
Todo aquello que atente contra algo de todo eso recibi­do, lo percibimos como un ataque y, entonces, nos defen­demos.
La meta de esta conciencia es la de mantener nuestro sentido de pertenencia al grupo, ya que, instintiva e in­conscientemente, el hecho de no pertenecer significaría la muerte
Aprendiendo lo que estaba bien
Cuando hacemos algo conforme a esta conciencia, nos consideramos inocentes, por más que el otro lo juzgue como algo malo para él, desde su propia conciencia.
Y viceversa, cuando hacemos algo bueno para nuestro progreso personal, si implica el peligro de pertenencia a nuestra familia, lo vemos como algo malo y sentimos cul­pa.
Y lo que no
Esta conciencia tiene mucha fuerza, nos sostiene uni­dos a nuestras familias y grupos de pertenencia, pero a la vez, también nos limita y separa de otros.
Para desarrollarnos y evolucionar
Por eso, esta conciencia es la fuente de los conflictos.
Cada uno quiere defender su propia cultura, ideas, creencias, etcétera.
Observemos cuántas guerras y conflictos ha vivido la humanidad toda.
Para poder crecer y desarrollarnos, debemos superar esta frontera que une a unos, y divide a otros.
Necesitamos comprender
¿Cómo superar esta mentalidad?
Pues comprendiendo que todo aquello que rechazamos por ser diferente y ajeno a nosotros, ha sido creado por la misma fuerza de vida que a todos nos contiene y abarca: Dios.
Necesitamos entender, internamente, desde nuestras entrañas, que podemos darle un lugar a todo lo rechaza­do, sabiendo que Dios, desde su misericordia, también lo hace. Porque Dios es Dios de todos, y no sólo de unos pocos.
Que todos somos iguales frente a Dios
Comprender que, detrás de todo lo que vemos y expe­rimentamos, actúa Dios, que nadie puede enajenarse de él, y que todo lo que acontece está abarcado y dirigido por él. Siendo causa de nuestras riquezas en todos los campos, que permite nuestra elevación de conciencia.
Desde este plano superior, ya no hay diferencias. Así, podemos servir al bienestar de muchos.
Y que él, como Padre de todos, nos ama por igual
Dios hace brillar el sol y caer la lluvia igualmente sobre todos.
¿Cuál es el camino del amor maduro y sano?
Reconocer que todos, los buenos tanto como los supues­tamente malos, somos iguales ante Dios.
Esto es humildad y esto es ir más allá de la conciencia que juzga, divide y excluye.
Comprenderlo profundamente nos induce a perdonar y olvidar todo aquello que nos haya dañado.
Síntesis

Sólo es posible el desarrollo y progreso personal cuan­do nos integramos con otros, trascendiendo nuestras dife­rencias.
Cuando estamos unidos, ya sea como familia, en una comunidad, asamblea-Iglesia, trabajo, amigos, proveemos de esta misma clase de sostén.



Para reflexionar

La naturaleza nos enseña la unidad:
Dicen que, en California, hay unos árboles conocidos como los "Redwoods", que son espectaculares, algunos alcanzan hasta 100 metros de altura.Estos grandes árboles tienen unos sistemas de raíces usualmente cortas, que se encuentran debajo de la superficie del suelo para obtener toda la humedad de la superficie posible. Ésta es su vulnerabilidad.
Sin embargo, muy pocas veces, se verá a uno de estos gantes derribado por tormentas, porque ellos crecen en  rocas, y sus raíces enredadizas proveen de sostén el uno al otro en tiempos de vientos recios.
Trabajo Personal:

1-           ¿Qué significa para ti ser misericordioso?

2-           ¿Has aprendido a trascender la conciencia que juzgay divide unos de otros?

3-           ¿Por qué decimos que todos somos hermanos igua­les ante Dios?

4-           ¿Cuál es el camino del amor maduro?

5-           ¿Qué nos enseña la naturaleza?


                                        El espejo para conocernos

Es la relación con los otros seres humanos

Ser real implica la difícil tarea
de darse cuenta del flujo de experiencias
que transcurren dentro de uno mismo.
Un flujo caracterizado por su complejidad
y su cambio continuo
(Cari Rogers).


Cuento

Un hombre que tenía un grave problema de miopía se consideraba un experto en evaluación de arte.
Un día visitó un museo con algunos amigos.
Se olvidó los lentes en su casa y no podía ver los cua­dros con claridad, pero eso no lo detuvo para dar sus fuer­tes opiniones.
Cuando entraron en la galería, comenzó a criticar las diferentes pinturas. Al detenerse ante lo que pensaba era un retrato de cuer­po entero, empezó a criticarlo. Con aire de superioridad dijo:
-El marco es completamente inadecuado para el cuadro.
El hombre está vestido en una forma muy ordinaria y andrajosa.
En realidad, el artista cometió un error imperdonable al seleccionar un sujeto tan vulgar y sucio para su retrato. Es una falta de respeto.
El hombre siguió su parloteo sin parar hasta que su es­posa logró llegar hasta él entre la multitud y lo apartó dis­cretamente para decirle en voz baja:
-¡Querido, estás mirando un espejo!

Psicoeducación

En la relación con el otro
El crecimiento personal sólo se da a partir de la relación con el otro.
Aunque quisiéramos, no podemos vivir aislados; nece­sitamos al otro, no podemos vivir ermitaños.
Aislarnos no resuelve los problemas más profundos del ser humano.
El espejo más grande para conocernos y descubrirnos es la relación con los otros seres humanos, pues, en esta relación, podemos descubrir nuestros miedos, nuestra for­ma de ver la vida y podremos ver lo que realmente nos motiva.

Reconocemos profundamente

La relación "yo/otro" nos permite conocernos más pro­fundamente a nosotros mismos, y quizás a partir de ese conocimiento, sin buscar que los demás nos entiendan, sin sentirnos víctimas, sea posible una relación no codependiente, sino interdependiente. Donde el valor de cada persona surja de la comprensión de cada uno, y no simplemente de la búsqueda de recono­cimiento o de los miedos que nos hacen buscar la aproba­ción de lo que hacemos.

Nuestras fortalezas y aspectos para mejorar
No podemos cambiar al otro, sólo podemos cambiar­nos a nosotros mismos, y así, tal vez, el otro cambie tam­bién, porque estamos conectados.
Tú decides qué saldrá de ti, tú decides qué haces con eso que recibes de otros y, al final, ese cambio te transfor­ma, al hacerte protagonista de tu vida.
Esos miles de espejos sólo hacen su trabajo: señalarte el camino de tu propia liberación.
Son nuestros "maestros de vida", porque nos mues­tran qué aspectos aún debemos trabajar para nuestro crecimiento personal.
Mirando sin rechazar
Haz la prueba, mira esos espejos sin condenarlos, sin rechazar, sin juzgar y escucha tu interior.
Si alguien te mantiene con miedo, sólo necesitas cre­cer y ser más grande que ese miedo.
No necesitas ser violento, no necesitas levantar la voz, sólo necesitas ser libre de ese miedo que está den­tro de ti, y que tu mente lo sustenta.
Una fuerza interior se activa
¿Alguna vez tuviste temor de entrar en una habitación oscura?
Seguramente de niño y quizá de adulto también, este temor permaneció hasta que te diste cuenta de que podías encender la luz o podías crecer más que el miedo.
Cuando descubriste la fuerza dentro de ti, el miedo desapareció.
Ése es tu momento, ése es el instante donde despiertas.
Y comenzamos a ver y a actuar de manera diferente.
Pensarás que hay cosas, fuera de ti, que no puedes controlar, que hay maldad y hay bondad, eso es cierto; pero el miedo que te causan, el dolor que sientes, debes aprender a superarlos.
Es posible que las circunstancias o las personas no cam­bien, pero tú cambiarás la manera de abordar y enfrentar lo que vives.
Puedes cambiar la manera de ver a la gente con la que te encuentras.


Síntesis

El espejo más grande para conocernos es la relación con los otros seres humanos, pues, en esta relación, podemos detectar nuestros miedos, nuestra forma de ver la vida y podremos descubrir lo que realmente nos motiva.
 


Para reflexionar

Evitar estar "mal atado" a otros, mantenerse libre, es el primer paso para despertar.
Cuando crees que las cosas deben cambiar para ser fe­liz, cuando crees que son los demás los que causan tu infe­licidad, de ti depende tener una vida diferente, de ti de­pende mirar el espejo y ser libre a partir de "aprender a ver" la realidad.
Quizás entonces, comprendas el significado de la fra­se que dijo el Señor: "La verdad los hará libres".


Trabajo personal
-Durante la semana, registra una situación en la cual te veas a ti mismo relacionándote con otra persona (comien­za con tu círculo afectivo); obsérvate interactuar con el otro, recuerda, lo más detalladamente posible, la situación y trata de discernir:
1- Qué sensaciones se produjeron en tu cuerpo al estar en esas circunstancias.
2-         Qué emociones sentiste, no sólo las más evidentes, sino también las más profundas: por ejemplo, ale­gría y simpatía, pero, al mismo tiempo, miedo de ser rechazado, vergüenza por creerte torpe al expresar simpatía, etcétera.
3-         Qué impresión quieres causarle a la otra persona con la cual interactúas: "soy una buena persona", "soy servicial", "soy duro y temible", "soy ingenuo y frágil"...
4-         Intenta distinguir lo que genera esa impresión que buscas generar en el otro, y las emociones que sur­gen entre ambos.