Paso 3



Pero Dios, en su inmenso amor,  sin pedirnos nada a cambio hizo lo más increible  e incomprencible para nuestra mentalidad humana.  Mandó a su único Hijo,  ese que desde siempre comparte su divinidad  se hiziera hombre. El Hijo del padre Dios se hizo hombre dentro de la Virgen María, nacio como todos nosotros, fue niño, adolecente, joven como todos nosotros; bueno solo que el nunca peco. Siendo hombre representar a toda la humanidad y pagar por sus pecados...


"Tanto amó Dios al mundo que le envió a su Hijo único"  (Juan 3, 16)
Y su amor llegó hasta el extremo maximo que para salvarnos del pecado su Hijo muriera, y muriera en la cruz., lastimado , humillado, abandonado, lleno de dolores. Ese es Jesús , ese es mi Salvador

San Pablo nos dice que Dios lo hizo pecado por nosotros (2 Cor. 5, 21), porque él cargó con el pecado de todos los hombres, como si él mismo hubiera sido el pecador y el cumplable.
¡ Qué duda nos puede quedar del amor de Dios?
Pecamos, y nos sigue amando, pecamos  y n os ama más, y nos da infinitamente más de lo que necesitamos...
¡ Que más puedo pedirle? ¿Qué más ? 
Yo, que a veces los olvido, me impaciento con él, le echo la culpa de muchas cosas.... Soy indigno de tanto amor... Pero tengo que solo abrirle mi corazón, reconocerlo, porque frente a su gran amor lo verdaderamente importante  es saber descubrirlo. Descubrir ese amor loco, ilimitado que me sostiene, que nunca me faltas, que aunque otros me hagan daño, va ha terminar haciendome feliz.
Descubrir ese perdón que me consiguio Jesús con su sacrificio, hacerlo mio, y al hacerlo mio demostrar que puedo hacer algo para demostrar que lo quiero y acepto... Que cada tanto, especialmente cuando tengo faltas graves, me acerque  al regalo precioso que es el sacramento de la Confesión, y haga lo que pueda ser mejor, implorando siempre la ayuda del Espíritu Santo.
Pero el pecado, y el dolor no son la ultima palabra; la muerte de Jesús tampoco lo es. Porque despues de tanto dolor, tristeza y muerte , JESÚS RESUCITO.
Mi Señor está vivo, mi amigo vive, mi Salvador triunfó sobre la muerte.
Por eso además del perdón de mis pecados, Jesús me propone algo hermoso, ser el Señor de mi vida. Porque él me conoce, sabe mis devilidades, Sabe que a veces me dejo dominar por un afecto, por el dinero, por el sexo, por el poder, nunca voy a ser de verdad feliz y me voy a deteriorar por dentro. Pero si dejo que Él sea mi dueño, entonces voy ha alcanzar la libertad interior, la verdadera vida . Jusús mismo nos dice: "Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia" (Juan 10, 10)
Solo si lo aceptamos como dueño y Señor de toda nuestra vida, sin querer compartirlo con el pecado, entonces vamos a salir del egoísmo, de la tristeza, de los miedos. Pero  no lo sigamos a media, no jugemos con su amistad, porque entonses seguiremos cayendo, nos vamos a privar de su luz y fuerza maravillosa.  Ya el mismo San Pablo nos decia: "...Yo estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mi; la vida que sigo viviendo en la carne , las vivo en la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mi." (Gálatas 2, 19-20)
Aceptémoslo como Señor de nustra vida, dejemos que su vida divina se haga nuestra vida y confesemos ahora que Él es nuestro Señor, sólo Él, y nadie más. Confesemos que Él es nuestro único dueño, el único rey de nuestra vida y nuestra única salvación.